Estaba totalmente segura de tres cosas. Primera, Edward era un vampiro. Segunda, una parte de él, y no sabía lo potente que podía ser esa parte, tenía sed de mi sangre. Y tercera, estaba incondicional e irrevocablemente enamorada de él.

Bella:- ¿Cuántos años tienes?
Edward:- Diecisiete.
Bella:- ¿Y cuánto hace que tienes diecisiete años?
Edward:- Bastante.

Bella:- Se lo que eres
Edward:- Dilo….en voz alta…… dilo!!!
Bella:- Un vampiro

Edward:- Y de ese modo el león se enamoró de la oveja…
Bella:- ¡Qué oveja tan estúpida!
Edward:- ¡Qué león tan morboso y masoquista!

Nunca pensé mucho sobre cómo iba a morir, pero morir en lugar de alguien a quien amo parece ser una buena manera.